Hello, yesterday I was making a video of me painting. There was nothing planned, just my watercolors and gouache, a couple of brushes, a little glass with water and an illustration I'm working on. The illustration is part of a collection of illustrations, of spaces that make up my utopian house, inspired by the board game Clue. I have already finished the "Conservatory". I love the concept that the English have of having a room with large windows to let the light in. This room is filled with plants and places to sit comfortably to live in this prefabricated micro habitat, like a frog terrarium. The current illustration is the "Study". In it, there are many paintings, a comfortable pretty pink chair occupied by a couple of kittens and many plants with pots of thousands of colors. In the video, I painted a plum green lamp, a Mexican pink potted plant and started painting one of the mini paintings. Yellow, pink, green, green, teal, all harmonious. Now I have to paint the mat, I see my colors and without thinking about it because for me it is obvious, I fill my brush and POW! I pick scarlet red, yes, a scarlet red mat. I finish the video and look at the illustration, I wonder if my utopian house has all the colors in the world.
I remember all the rules of color combinations and confirm that for me all colors match. Perhaps, in my utopian house, aspirin is administered every 8 hours for the headache that so much stimulation will give. I question where this passion for color comes from.
When I lived in Mexico, I had rebozos of all colors. Scarves that in winter I would wrap around my neck and in summer I would drape over my shoulders. The town where I lived was so colorful that I had to match and the possibilities were endless.
I have now lived in Spain for 13 years. When I moved I thought that what I was going to miss the most, besides my family, was going to be the delicious Mexican food. I can't lie, I miss it a lot, but what I miss most is color. In castile, the winter is long, the days are short and the lack of light makes the colors fade like when you use a paintbrush with dirty water.
My soul misses entering a market and not only seeing and smelling but also feeling all the colors of the universe, all of them, all there. The town squares with the contrast of hundreds of skin colors, the thousand colors of stones of the buildings, the colorful balloons, the fruits of the food stalls, the colorful clothes, the sky of an incomparable blue, the fat clouds also with a hundred kinds of white, the houses painted with lime and color that gives them that soft touch, the smiles that give colors to the environment, and then the millions of greens of the countryside. This is Mexico, or at least the Mexico I want to dream of. The pessimism of the time and so typical of my age affects my visits to my land. I notice the dirt, the corruption, the cement, the poorly done things, the poverty, the sidereal distance between the social classes... But suddenly someone tells me "hola güerita de que va a querer su jugo" (Hello blondie! What kind of juice would you like?) and a hurricane of color and life enters my body and I feel the warmth of that smile, that look, those hands that *apapachan. That's why I paint colors, as many as I can think of and then some more. My utopian house is a little cup with fruit, chile, lime and a toothpick, perfect.
* Apapacho / apapachar in Nahuatl to embrace or caress with the soul
Hola, ayer estaba haciendo un video de mí pintando. No había nada planeado, solo mis acuarelas y gouache, un par de pinceles, un vasito con agua y una ilustración en la que estoy trabajando. La ilustración es parte de una colección de ilustraciones, de espacios que conforman mi casa utópica, inspirada en el juego de mesa Clue. Ya terminé el “Conservatory” o solarium. Me encanta el concepto que tienen los ingleses de tener una habitación que tenga amplios ventanales para que entre la luz. Esta habitación está llena de plantas y lugares donde sentarse cómodamente a convivir en este micro hábitat prefabricado, como terrario de ranas. a ilustración actual es el “Study” o estudio. En él hay muchos cuadros, una cómoda silla rosa bonito ocupada por un par de gatitos y muchas plantas con macetas de miles de colores. En el video, pinté una lámpara verde ciruela, una maceta rosa mexicano y comencé a pintar uno de los mini cuadros. Amarillo, rosa, verde, verde azulado, todo armónico. Ahora hay que pintar la marialuisa o paspartú, veo mis colores y sin pensarlo porque para mí es obvio, lleno mi pincel y ZAZ rojo escarlata, sí, marialuisa rojo escarlata. Termino el video y miro la ilustración, me pregunto si mi casa utópica tiene todos los colores del mundo. Recuerdo todas las reglas de combinaciones de colores y vuelvo a confirmar que todos los colores combinan para mí. Quizá, en mi casa utópica se administre aspirina cada 8 horas para el dolor de cabeza que dará tanta estimulación. Me cuestiono de donde viene esta pasión por el color. Cuando vivía en México, tenía rebozos de todos los colores. Pañuelos que en invierno enroscaba en mi cuello y en verano ponía sobre mis hombros. El pueblo donde vivía era tan colorido que tenía que ir a juego y las posibilidades eran infinitas. Ahora vivo en España ya desde hace 13 años. Cuando me mudé pensé que lo que más iba a extrañar, aparte de mi familia, iba a ser la deliciosa comida mexicana. No puedo mentir, la extraño mucho, pero lo que más extraño es el color. En castilla, el invierno es largo, los días cortos y la falta de luz hace que los colores se apaguen como cuando usas un pincel con agua sucia. Mi alma extraña entrar a un mercado y no solo ver y oler sino también sentir todos los colores del mundo, todos, todos ahí. Las plazas de los pueblos con el contraste de cientos de colores de piel, los mil colores de piedras de las construcciones, los globos de colores, las frutas de los puestos de comida, la ropa también de colores, el cielo de un azul inigualable, las nubes gordas y también con cien tipos de blanco, las casas pintadas con cal y color que les da ese tacto suave, las sonrisas que dan colores al ambiente, y luego los millones de verdes del campo. Así es México, o por lo menos el México que yo quiero soñar. El pesimismo de la época y propio de mi edad afecta las visitas a mi tierra. Me fijo en la suciedad, en la corrupción, en él cemento, en las cosas mal hechas, en la pobreza, en la distancia sideral entre las clases sociales… Pero de pronto alguien me dice “hola güerita de que va a querer su jugo” y un huracán de color y vida entra a mi cuerpo y siento la calidez de esa sonrisa, esa mirada, esas manos que *apapachan. Por eso pinto colores, todos los que se me ocurran y unos más. Mi casa utópica es un vasito de fruta con chile limón y un palillo, perfecta.
*Es "apapacho", una voz de origen náhuatl que la RAE define como "palmadita cariñosa o abrazo". Los mexicanos, sin embargo, tienen una definición mucho más poética del acto de apapachar: "abrazar o acariciar con el alma".
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