"You set the limits", "Break the glass ceiling", "Do what you love", "Dreams come true", "With love and patience everything is possible", "Don't let anyone interrupt your dreams".
How many of these phrases do you know? How many of them move you? How many make you sigh? For me, it depends on the day. Sometimes they thrill me, sometimes I see the light at the end of the tunnel, sometimes I say, I hate the easy phrase, but the crux of the matter is that when I go swimming in the sea of my thoughts, which I do very often like a good mermaid, I find that all my dreams are trapped in a net called fear. I think I have been weaving this net since I was a little girl. At first they were very flimsy threads and the more dreams I had, the easier it was to break the net. Over the years I found more resistant materials and my dreams are trapped there.
My nature is to see the glass half full, so weaving that web is unnatural, but at some point I gave in and like a little spider I wove and wove and you know practice makes perfect. So the net ended up becoming more important than the dreams and when I was swimming in the sea of my thoughts I was more dedicated to admire how resistant, great and well woven that net was instead of seeing what was inside. Occasionally, I must confess, I would forget that there were dreams inside and I would sit on a little stool and contemplate the imposing net, created with years of disappointments, negativity, pessimism, cynicism and many "what ifs".
In these last few years, something has changed in me. Something has moved me to read between threads and look beyond and little by little I am seeing all those dreams, old and new. I go through them carefully, like old letters, feeling the tender girl who dreamt them. Excitedly I see that many of those dreams have already came true, much to my nets’ regret. I find some dreams I no longer want, but it gives me a thrill to think of that era and the importance that that dream had at the time. At the mercy of Marie Kondo I have taken my dreams and divided them into three, the ones I no longer need, but they served me at the time; the ones I no longer want; and the ones I need. Then, as an environmentally conscious person, I recycle, reuse and purge the dreams from my net.
And the net? The net is still there. I think it's what makes me human. If all my dreams were achieved without an epic battle, they wouldn't be dreams achived, they would just be moments.
And as I swim with dolphins in the sea of my thoughts I make a final refection for today. How much time, effort and acquired skill I have spent in creating this web called fear for dreams that are no longer mine, maybe they never were... Dolphins are calling me, see you next Wednesday.
La red que cubre mis sueños
¿Cuántas de estas frases conoces? ¿Cuántas de ellas te emocionan? ¿Cuántas te hacen suspirar? Para mí, depende del día. A veces me emocionan, a veces veo la luz al final del túnel, a veces digo que odio la frase fácil, pero el quid de la cuestión es que cuando me meto a nadar en el mar de mis pensamientos, lo cual hago muy seguido como buena sirena, me encuentro que todos mis sueños están atrapados en una red que se llama miedo. Creo que la red la fui tejiendo desde pequeña. Al principio eran hilos muy endebles y cuántos más sueños tenía, la red se rompía fácilmente. Con los años fui encontrando materiales más resistentes y mis sueños quedan ahí atrapados.
Mi naturaleza es ver el vaso medio lleno, así que tejer esa red es anti natura, pero en algún punto cedí y como arañita tejí y tejí y ya sabes la practica lleva a la perfección. Así la red se acabó haciendo más importante que los sueños y cuando nadaba en el mar de mis pensamientos me dedicaba más a admirar lo resistente, grandiosa y bien tejida que es esa red en vez de ver lo que hay dentro. De vez en cuando, debo confesar, se me olvidaba que hay sueños dentro y me sentaba en un banquito a contemplar la imponente red, creada con años de decepciones, negatividad, pesimismo, cinismo y muchos “y si no…”
En estos últimos años, algo ha cambiado en mí. Algo me ha movido a leer entre hilos y ver más allá y poco a poco voy viendo todos esos sueños, viejos y nuevos. Los reviso con cuidado, como cartas antiguas, sintiendo con ternura a la chica que lo soñó. Emocionada veo que muchos de esos sueños ya se hicieron realidad muy a pesar de mi red. Encuentro algunos sueños que ya no quiero, pero me da emoción pensar en esa época y la importancia que tenía ese sueño en ese momento. A la merced de Marie Kondo he tomado mis sueños y los he dividido en tres, los que ya no necesito, pero me sirvieron en su momento, los que ya no quiero y los que necesito. Luego, como persona consciente del medio ambiente, reciclo, reutilizo y depuro los sueños de mi red.
¿Y la red? La red ahí sigue. Creo que es lo que me hace ser humana. Si todos mis sueños se lograran sin una batalla épica, no serían sueños realizados, serían solo momentos.
Y mientras nado con delfines en el mar de mis pensamientos hago una final reflexión por hoy. ¿Cuánto tiempo, esfuerzo y destreza adquirida he gastado en crear esta red llamada miedo por unos sueños que ya no son míos? quizá nunca lo fueron… Me llaman los delfines, nos vemos el miércoles que entra.